Womanizer Premium Succionador de Clítoris

Me despierto con Lily a mi lado, acariciándome y besándome con ternura. Es sábado, el día que nos reservamos para reconectar la una con la otra, dejando de lado el trabajo y las preocupaciones. Le doy los buenos días y beso sus deliciosos labios. Desciende con sus insinuantes manos por mi cuello hasta llegar a mis pechos. La cojo del culo y la acerco más hacia mí.

Nuestras pieles se funden en una sola. Miro a Lily y veo su mirada traviesa, está tan excitada como yo. Acaricia mis muslos desnudos y va subiendo poco a poco, haciéndose casi de rogar. Sus dedos recorren con suavidad mis labios, haciendo que deje escapar algún que otro gemido. Deseo que pase a la acción. Y, como si leyese mi mente, se desliza hacia abajo, quedando su cabeza entre mis piernas.

Noto su lengua enrollándose sobre mi clítoris, haciendo que me retuerza de placer, mientras introduce uno de sus dedos en mi vagina para estimular mi punto G. Con Lily haciendo maravillas, no tardo en alcanzar el cielo del placer. Me deja descansar unos segundos dándome besitos en la cara interna de los muslos. Pero las treguas son cortas con ella, enseguida saca del cajón nuestro juguete favorito, Womanizer Premium.

Lily se tumba a mi lado, programa a Womanizer Premium en el modo AutoPilot y lo pone sobre mi clítoris. Al principio, las ondas de aire son muy suaves, pero poco a poco va aumentando la intensidad y, con ella,  mi placer.  Busco con mis manos el cuerpo de Lily y acaricio su espalda, mientras me derrito con el succionador, hasta que el placer invade cada rincón de mi cuerpo. Siento un placer inmenso, como si de la erupción de un volcán se tratase. Me dejo llevar y, lo que parecía un segundo orgasmo, se convierten en varios…

Rodeo su cintura con mi brazo mientras acaricio su pecho con la otra. Me acerco a su oído y le susurro: «Cierra los ojos y disfruta…».